Critica de Eduardo García Rojas ( El
Escobillon.com)
Muchachos se localiza, aunque no se dice, en un barrio de la ciudad de La
Laguna, y por su geografía se mueve toda esta fauna de protagonistas arrastrando sus penurias e inquietudes que se escribe en pantalla con una deliciosa y sonora variedad de acentos. Desde el canario
más abrupto a un peninsular afincado en las islas, elementos que refuerzan el atractivo realismo –mágico en ocasiones– de una cinta que, más allá de sus flaquezas emocionales, sabe a auténtica.
Muchachos bebe de fuentes varias, aunque la más obvia es la de un cine con vocación social tan necesitado en las islas para entender lo que, humanamente, está pasando. Para narrarlo, Raúl Jiménez
hace equilibrios entre la sutil línea que divide drama y comedia y emplea para ello actores profesionales y debutantes con resultados muy afortunados. El filme conmueve. Y se hace espacio, ese mismo
espacio que buscan los protagonistas de la película.